El cultivo del maíz comienza desde el momento de la floración donde es importante tener en cuenta el agua que se le brinda a la planta, en este punto es donde se determinen el numero potencial de granos el cual puede tener problemas debido a la polinización, paso seguido se encuentra el llenado de granos, en el cual se presenta a la movilización de carbohidratos del tallo a la mazorca. Ahora bien, una vez formada la mazorca llega el momento de recolección del maíz, donde se tiene en cuenta que el grano no recibe más sustancias nutritivas una vez llega a su madurez fisiológica, no obstante, aún no es el momento de su recolección debido a que el grano presenta una humedad de 30 y 35%, la cual es aún muy alta por este motivo se debe esperar un tiempo aproximado de 2 a 4 semanas, para realizar la cosecha (Ospina, 2015).El maíz es un cultivo que puede ser sembrado tanto como monocultivo como policultivo, en la actualidad es más común encontrarlo como monocultivo, pero existe una práctica mesoamericana, la cual lo usaba como policultivo, entre el frijol y la cabaza, cada uno aportándole nutrientes beneficiosos a los otros (Ebel, Pozas, Soria, Cruz, 2017). La cosecha es de tipo manual, donde el agricultor antes de su recolección debe doblar la mazorca y dejarla así por algún tiempo, con el motivo de reducir la humedad del grano (Flores, s.f.).  Es fundamental tener un control de los siguientes nutrientes en el suelo: Nitrógeno, fosforo, potasio, calcio, magnesio, azufre, boro, cobre, hierro y zinc Los suelos que se pueden usar para el cultivo de maíz deben estar bien drenados, profundos y con una elevada capacidad de retención de agua, el pH del suelo está entre 5.5 a 7.8, en promedio el maíz necesita por lo menos entre 500 a 700 mm de precipitación distribuida en el ciclo de cultivo (Flores, s.f.).